España tiene miedo (y con motivo). Miedo a perder la estabilidad laboral o a no llegar a tenerla nunca. Miedo al cambio climático y a las catástrofes naturales, miedo al hundimiento de la sociedad en el caos… Los políticos no están a la altura: la gestión de la pandemia está siendo como mínimo muy confusa, y ya antes tampoco estaban manejando las crisis con solvencia. Las derechas favorecen a los ricos, pero los beneficios no parece que acaben «derramándose» sobre el resto de la población. Las izquierdas ayudan a los pobres, pero no dicen de dónde sacar el dinero, de estados cada vez más arruinados y endeudados. Ninguno de ellos se acuerda de la «clase media». Y nadie habla en serio de ecología, se nos cuenta que hay que elegir entre salvar el medio ambiente o salvar nuestros empleos, en una encrucijada imposible.
En las situaciones así de difíciles es cuando florece el fascismo (el de antes y el de ahora), con sus historias falsas pero simples, sus enemigos ficticios pero fáciles de señalar, sus líderes que prometen salvación a base de mano dura…
Cuando el fascismo llega así, no se le neutraliza ignorándolo, o gritando «fascistas» muy fuerte. La única posibilidad es ofrecer algo mejor, dar otra respuesta convincente a esos miedos, una que aporte soluciones reales. Plantear un modelo económico que permita producir de forma sostenible, y al mismo tiempo permitir a todas las personas tener una vida decente como mínimo, y que sea radicalmente democrático, para que el sistema favorezca a todas las personas y no sólo a una élite.
Pero a la gente asustada no le podemos contar esto así. La mayoría de las personas no saben casi nada de modelos económicos o de teorías, ni tampoco se creen mucho que sea posible cambiar a algo muy diferente de lo ya conocido.
Sin embargo, todo el mundo es capaz de entender una historia. Y aquí es donde entra en acción Econumana:
La propuesta es muy simple: contar historias reales de gente haciendo cosas de forma diferente. Que las personas que sigan el canal vayan descubriendo, poco a poco, que otra economía es posible y ya está ocurriendo. Y entre historia e historia, ir dando pequeñas pistas de cómo cada pieza encaja en el puzzle global y entre todas forman una propuesta realmente novedosa e ilusionante.
Materia prima tenemos, ahora hay que ponerse y contarlo. ¡Síguenos y participa!
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